2/7/2008
En Venezuela tenemos un gobierno totalitario de tendencia comunista que actúa al margen de la constitución, y que se apuntala en el poder por medio del fraude y del terrorismo de estado, diagnóstico con el cual la mayoría de los no alienados estamos de acuerdo, de una u otra forma el régimen ha legitimado cada uno de estos calificativos y lo peor de la historia es que no hace el menor esfuerzo por simular lo contrario, para esa labor aparentemente cuenta con la dirigencia de la "oposición".
Recientemente en Italia se hizo público un enorme escándalo, fueron arrestados 13 médicos acusados de realizar intervenciones innecesarias para así obtener pingües ganancias a costa de la buena fe de sus pacientes, estos "médicos", según las investigaciones realizadas a posteriori, se encontraban en agavillamiento en la clínica Santa Rita, clínica del horror, con ese único fin.
Su captura sólo fue posible por una investigación fiscal, la imputación se basó en fraude contra la sanidad pública, fraude que entre sus victimas cuenta con más de cinco homicidios.
Cabe destacar que nunca hubo una denuncia por parte de las victimas que resultara efectiva.
Desde mi punto de vista Venezuela ha sido sometida también a una serie de intervenciones perversamente innecesarias que han dejado como consecuencia principal la permanencia en el poder de una organización criminal que ha destruido nuestro presente y marcará para siempre nuestro futuro.
Catalogar a esas intervenciones de perversas no fue una decisión a la ligera, y llegamos a ella cuando no percatamos que la dirigencia opositora, consciente de un diagnóstico como el expresado al principio de este artículo, pretende curar el mal con medidas que sólo perjudican al paciente.
Ante este panorama, qué hacer. Qué hacer cuando las acciones que inhabilitan a la oposición vienen de líderes que no son capaces de implementar los sólidos principios políticos, o cuando permiten que dichos principios sean utilizados no en beneficio del país sino en beneficio de sus facciones políticas.
Para afinar mas el símil y darle respuesta a esta situación recurrí al enunciado de la mala praxis medica " Toda acción médica errada de acuerdo a la opinión de expertos médicos; esto significa que no se define por la opinión del paciente o de sus familiares y amigos, y que tampoco puede definirse por la opinión del juez que participa del caso."
Esta definición, auque un tanto excluyente, nos obliga a revisar lo expresado por diversas personalidades políticas nacionales e internacionales que han señalado en más de una oportunidad que el trato que se le brinda a Chávez no debe ser el mismo que se le da a un demócrata, que pretender contener la furia de un proceso revolucionario que domina todos los poderes de la nación con elecciones, sólo lo legitima y le brinda el tiempo necesario para el desmantelamiento de cualquier mecanismo viable que pueda conducir a su caída.
Para todos está claro el diagnóstico y todos sabemos cuál es la cura, el seguir escuchando los cantos de sirenas nos hace cómplices de la mala praxis política que está minando a la República.
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