7/3/2008
Al asistir un día más al interminable juicio que se lleva en tribunal de la jueza Migdalia Maria Añez González en contra del General Felipe Rodríguez, Silvio Mérida Ortiz y Raúl Díaz, una vez más quedo estupefacto ante los malabarismos que día a día debe realizar "la juzgadora" para poder soslayar el otorgarles el obvio veredicto de inocentes a todos los indiciados.
Comprendo que esta representante del poder judicial ha de declararlos culpables, cosa que se le hace realmente difícil de cumplir, dada la total ausencia de pruebas que los incriminen, como quién dice "se acata pero cómo lo cumplo?".
Quizás una de las muestras mas evidente de esta situación sea lo sucedido en este día, en la anterior audiencia la defensa del General Rodríguez le presentó al tribunal una solicitud de sobreseimiento de la causa, basado en el decreto de amnistía promulgado por Chávez el 31 de Diciembre, en dicho recurso se demuestran la conectividad en los presuntos delitos que se le imputan con los diversos beneficios que explícitamente fueron presentados en Venezolana de televisión por el propio Chávez, pero en definitiva, la juzgadora para poder negarlo indicó, que Chávez no dijo lo que dijo, y al mejor estilo de José Vicente Rangel, se reinterpreto el decreto de amnistía de acuerdo a las necesidades del momento, dejando muy bien sentado que la salsa que es buena para el pavo no es buena para la pava.
En resumen la historia continua, ya la fiscalía presentara algún nuevo testigo estrella que busque darle sustancia a la eventual e injustificable sentencia condenatoria, propia de la justicia revolucionaria.
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