12/8/2008

La situación de Venezuela es cada día mas critica, la nación esta sumida en protestas de todo orden y su capacidad productiva está desmembrada, la institucionalidad es inexistente y la Constitución ha sido ultrajada por quienes por ley han de proteger su vigencia con sus vidas; los poderes públicos se han confabulado para hacer que el despotismo reine y así subyugar la voluntad popular, sencillamente estamos al borde del abismo.


 

 
















En el año 2002 este pueblo se volcó a las calles en un serie de manifestaciones impulsados a protestar en contra de un paquete de atroces leyes, leyes que hoy lucen disminuidas ante las aberrantes disposiciones que aparecen en las recientes publicaciones de la gaceta oficial, ese pueblo un 11 de abril de ese mismo año, obtuvo la gloria en las calles, también fue ese pueblo quien demostró en las urnas electorales su verdad en el Referéndum Revocatorio del 2004, pero en ambos casos la traición y la cobardía marcaron el destino que aun nos tiene atados a un tirano que tiene trazado como meta de vida el acabar con la república.
¿Es que se puede permitir un día más el vergonzoso espectáculo que estamos dando al mundo? ¿Es que podemos abandonar a Venezuela y entregársela a los enemigos de la Patria sin lucha ni resistencia?
Dentro del marco del Derecho Natural están legitimadas las acciones de cualquier tipo que pongan fin a este apátrida régimen, y mas aun, la Constitución del 1.999 nos ordena desconocer cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas, y  es deber de todo ciudadano investido o no de autoridad, colaborar en el restablecimiento de la efectiva vigencia constitucional.
Ante la artera y cobarde arremetida contra nuestros derechos y garantías, como venezolanos no nos queda más que hacer que transformar en letra viva nuestro himno nacional y romper las cadenas que pretenden esclavizarnos.
Es de imbéciles pensar que las hordas enquistadas en el poder van a ceder algo más que pírricas parcelas regionales y con esto seguir diciendo con cara limpia al mundo que aquí se vive en democracia.
El tiempo de la manipulación y del engaño ha de llegar a su fin, es imposible continuar revistiendo de demócrata al tirano, es impensable permitir que se siga conduciendo a todo un pueblo como borregos al matadero electoral sólo para satisfacer las ansias de poder de los que han colaborado consciente o inconscientemente en la destrucción de la nación.
La Patria clama por Orden y Progreso, quienes la sentimos y la amamos, junto a los que han  jurado defenderla, hemos de encontrarnos bajo la misma bandera, y dar la vida de ser necesario por la libertad y el futuro de nuestros hijos.

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