27/5/2008
La ausencia de un liderazgo visible donde se conjugue la probidad con la inteligencia, de la mano con el valor y amor por la patria, marca la vida política de Venezuela; hago énfasis en lo visible de dicho liderazgo dado que lo que nos muestra la vitrina de los medios de comunicación es el mismo bagazo de la política tradicional que nos trajo hasta aquí, entremezclada con una serie de aportes que el proceso revolucionario dio a luz y luego fueron desechados por incompatibilidad de ambiciones.
El mundo militar no escapa de esa realidad, y eso sin duda ha de ser parte del manifiesto e incomprensible miedo a insurgir para restituir la vigencia de la Constitución. El régimen ha reforzado desde el primer día de su llegada al poder una serie de premeditadas y meticulosas acciones de una vieja política dedicada a fomentar odio civil hacia el mundo militar, el promover y amparar la corrupción y el abuso de poder han sido pasos esenciales en la demolición de los tres pilares fundamentales de la Fuerza Armada, forzándola así a tomar una posición que lejos de la institucionalidad, la ha convertido en mampara del proceso de destrucción de la identidad nacional y de los principios que nos rigen como república.
El Frente Patriótico ha publicado un manifiesto donde da cuenta de esas verdades y a su vez señala cómo la legalidad marca el camino iluminado por el sentido común, el documento en cuestión a mi parecer logra sintetizar el pensar y el sentir de un país que, lejos de la diatriba electorera, se preocupa por el futuro inmediato del otrora Ejercito Libertador y por ende del futuro de la Nación.
El país observa con atención la incontenible debacle de las FARC, que cada día que pasa contribuye a que este apátrida régimen quede mas al desnudo, y con él todo el proyecto continental que ha sido financiado con el hambre del pueblo. Dice la sabiduría popular que la mentira tiene las patas cortas y por lo tanto la verdad siempre le alcanza, pero la verdad está a la vista de todos, mucho antes de que INTERPOL la certificara, la verdad está en la calles, plasmada por la sangre de los caídos y en las lágrimas de las familias desmembradas por la justicia revolucionaria.
Mientras esto sucede el liderazgo visible dedica su energía a la siembra de cizaña y a la zancadilla política, si tan sólo dedicasen esa inmensa energía a lo verdaderamente importante, que no es otra cosa que hacer valer lo que ordena la Constitución, tengo la seguridad que la tan anhelada UNIDAD viese luz, unidad en la verdad, unidad para la reconstrucción, unidad bajo nuestra bandera y entonando el mas hermoso de los himnos que país alguno posee, hacer valer el "Gloria al Bravo Pueblo".
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