Ciertamente uno de los pasos más importantes que ha dado la revolución en Venezuela ha sido el de fomentar en la oposición un premeditado odio hacia el estamento militar. ¿Es que esa oposición no recuerda la calidad de gerencia, planificación y trabajo mancomunado del General Marcos Pérez Jiménez?
La han convertido en hazme reír
¿O es que ellos no tienen en su memoria la vocación democrática del Gral. Isaías Medina Angarita? ¿O es que acaso existió algún venezolano con mayor amor hacia la institucionalidad y el orden que el Gral. López Contreras? O peor aún, ¿es que se pretende borrar de la memoria colectiva del país, que Bolívar, Miranda, Sucre, Urdaneta, Morillo y tantos otros artífices de nuestra independencia fueron militares?
Qué falta para entender que en todo gobierno totalitario (y éste está muy lejos de ser la excepción que confirme la regla), la vía mas segura y expedita para ejercer el dominio de un pueblo es a través de sus militares y por qué aun no se asume que en toda sociedad civil o militar, siempre hay un grupúsculo infecto que sirve de campo fértil para la siembra de las ideologías revolucionarias.
Y es esto precisamente lo que viene destruyendo la patria, es por eso que la formación de nuestros militares jamás debe alejarse de los valores y principios de la civilización occidental y cristiana, en la que se mantiene el respeto por las jerarquías, sin menospreciar las diferencias; que brinda respeto a la diversidad y vela por el orden, sin fanatismos fundamentalistas ni libertinaje anárquico.
Lejos está el estamento militar de ser el único culpable del desastre actual, basta con ver las calificaciones profesionales de los que forman la plana gubernamental, ahí encontramos esbozos de lo peor de nuestra población, uniformados o no, personajes que como currículum exhiben un abultado prontuario y una escasa formación profesional, sin contar con los que con una abultada variedad de títulos universitarios jamás han servido para nada en la vida profesional, todos ellos unidos bajo el discurso socialista han convertido a nuestro país en hazme reír y la sentina de América.
Hoy el militar fiel a su juramento está bajo un síndrome de persecución constante gracias a la infiltración que vive la Institución, esto ha dado como cosecha una muy peligrosa desconfianza generalizada entre hermanos de armas, y si a ese sentimiento le sumamos la animadversión estimulada por la revolución, el país le está siguiendo el juego al régimen cerrándole las puertas a la única salida real a esta pesadilla.
Quizás para entender este absurdo odio, nos baste ver en la dirigencia opositora operando aun el germen de la guerrilla socialista de los 60’ la cual fue derrotada militarmente por esas mismas Fuerzas Armadas.
A esto le debemos sumar que conjuntamente al rechazo a todo el estamento militar por parte de un sector del país, el régimen avanza en la violación sistemática del órgano regular de las FAN e implantando la pérdida del respeto a la disciplina y a sus superiores, esto de la mano con la supresión de la autonomía de comando, trae la inacción en las fronteras y por lo tanto la pérdida de soberanía en nuestro territorio.
La esencia y el desarrollo del país se basan en ciudadanos civiles y militares que velan juntos por la consecución de un mañana en desarrollo y progreso, y que con la vista firme en el futuro y orgullosos de su historia deben dar hoy un paso adelante que reviva el significado de nuestro glorioso Himno Nacional.
Noel Alejandro Leal
19/10/2007
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