Enviado por email 13/09/2007
A estas alturas del juego hay que ser bien cínico y traicionero como dirigente político, o cobarde y estúpido como ciudadano común, para pensar que hay alguna salida electoral a esta situación, que es posible que el régimen reflexione, o que la OEA tome su varita mágica y logre poner de rodillas la furia revolucionaria, eso es tan ridículo como pensar que no ha habido fraude y que hugo posee una mayoría contundente la cual no llena una avenida, pero en manos del CNE hace que el país sea todo rojo rojito.
Ya hace más de ocho años cuando definí que Venezuela entraba en un proceso revolucionario neocomunista-fundamentalista, el defender esta tesis me trajo como consecuencia el fin de varias amistades que hasta entonces creí fuertes, pero la ideología y el interés fueron al campo un día… y ustedes ya saben el resto. Pero al final esta serie de situaciones no fueron del todo malas, dado que me hicieron reforzar mi patriotismo, y mi pragmatismo. Hoy lamentablemente el tiempo nos ha dado la razón a los que prendimos las alertas tempranas, que no fueron escuchadas; pero qué sucede cuando la alarma permanece pegada, cuando la alerta no cesa sino que su nivel va en un aumento constante y aun así no se quiere escuchar.
La verdad, es que la alarma sonó y suena con fuerza, y ese sonido en varias oportunidades llegó al pueblo fuerte y claro, pero luego la voz de la verdad era opacada por el grito de la mentira, una mentira agradable de escuchar porque permite no tener que enfrentar la realidad.
Hoy la alarma sigue sonando, y el canto de la mentira de un NUEVO TIEMPO, que promete PRIMERO JUSTICIA pone MAS fuerza en la traición que nos dejará TAL CUAL con un nuevo placebo electoral, que el tomarlo simplemente nos convalidaría como cómplices de traición a la patria, crimen este tan aberrante como un infanticidio, que sería al que condenamos a nuestros hijos al entregar el país al comunismo internacional.
Noel Alejandro Leal Rojas
13-09-07
noelalr@gmail.com
Desde el año 2002 he venido resumiendo en esta frase, lo que nos sumerge en el adormecimiento como nación, es hora de despertar. #BastaYa