21/5/12
Me rencontré con los años de bachillerato a través de las notas del hijo adolescente de un amigo, en ellas veo un borrador sobre un libro, uno de esos de esos de obligatoria lectura en el pensum educativo del país, un libro escrito por alguno de los adoradores de Fidel Castro, con esa inmensa carga de “realismo mágico” que plena la literatura latinoamericana, me detuve un momento y una sensación de Déjà vu se poso en mi mente, sentí la misma animadversión que viví en mi época estudiantil. Cuando me tocó la obligatoria lectura de una de esas famosas novelas, me encontraba devorando la obra magistral del venezolano Carlos Rangel “Del buen salvaje al buen revolucionario” y recordé la discusión que sostuve con la profesora de literatura al yo insistir que se leyese a Carlos Rangel como obligatorio y se dejase a García Márquez como electivo, en aquel momento alce la voz y dije algo como “seguro estoy que el país de mañana sería mejor si nos despojamos de mitos rurales y aprendemos de lo real y lo importante”.
Y si nos deshacemos de los mitos y enfrentamos la realidad?, y si comprendemos que el daño hecho por la revolución supera por mucho el estructural y el económico y reconocemos el inmenso daño moral y ético al que ha estado sometida nuestra población, es que es posible aun cerrar los ojos ante lo evidente? si algo nos está dejando la crisis carcelaria es una muestra viva de la inmensa podredumbre que se ha visto estimulada desde las cúpulas del poder.
Venezuela ha sido meticulosamente desmantelada en todo orden par dar cabida a esto que estamos viviendo, inmundicia en las calles y en el parlamento, prostitución en la cárceles y en la justicia, narcotráfico en los bares y en los cuarteles. Carajo! y cuál ha sido la respuesta ante esta realidad? el mito cancerígeno o el mito del triunfo electorero, fantasías alimentadas y sostenidas gracias a la ceguera inducida o la flojera intelectual, sea cual sea la causa ésta ya tiene mucho tiempo minando al habitante de este feudo marxista donde lo aberrante se hace cotidiano.
Quien sabe si de algo hubiese servido que la profesora estimulara la lectura de Carlos Rangel por lo menos a mis compañeros de liceo, quien sabe si de allí hubiesen surgido venezolanos que tomaran en serio a este país, venezolanos que no aceptaran las mentiritas blancas, venezolanos que entendieran el valor de lo fundamental de la vida, venezolanos que pensaran en la próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Y así estamos hoy, cada día más enlodados en los mitos rurales y cada vez más lejos de lo real y lo importante, para muestra la avergonzante discusión interna de la MUD para decidir entre tarjeta única o tarjeta unitaria, mientras en el CNE la salvaje manipulación del REP pasa por debajo de la “mesa”, así como también la “mesa” disimula el aberrante sistema que hace inseparable la capta-huella de la bidireccional maquinita de votación.
Lo real, lo importante esta ahí, sólo que el inmenso bosque de mitos vacíos llenan el espacio mediático, negándole el derecho a la verdad de hacerse sentir.
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