Cuando la ceguera socialista invade hasta lo mas profundo de un ser, éste se convierte en algo tan absurdo, ridículo y peligroso como Hugo. Esta historia es ya repetida en nuestra entristecida Latinoamérica, y esta historia ha obligado a diversas Fuerzas Armadas de las naciones hermanas a "Poner orden en la casa".
Cuando la historia habla nos trae realidades que no hacen otra cosa que enfrentarnos a nuestras verdades. Al revisar los últimos discursos de pendencieros comunistas como Salvador Allende y Joao Goulart, encontramos una gran similitud. Hasta el último momento en el cual el pueblo dice YA BASTA, la culpa del desastre en que sumieron a sus países, lo tiene el sentido común, el deseo de libertad, el deseo de orden, el amor y respeto a la familia y sus valores, el respeto a lo propio, y la defensa de la identidad nacional, es decir lo que ellos llaman "una conspiración del imperio". En el primero de los mencionados, Allende, encontramos una similitud prácticamente absoluta con Hugo, el cáncer socialista ha consumido hasta la última noción de cordura y al quedar desalveolado no le queda más que la huida hacia delante; con el segundo, el ridículo llegó a su clímax cuando, contrariamente a Hugo, el conocido Jango llegó a negar su formación ideológica para intentar evitar su caída, pero por sus hechos los conoceréis. En estas naciones la historia es conocida, en nuestro país estamos apenas por escribirla.
Esta pequeña reflexión no es un llamado a un Golpe militar y mucho menos a un tiranicidio, los cuales estarían plenamente justificados ante el Derecho Natural, pero lejos de eso, sólo intento poner algo de luz en la oscuridad que nos trae el pretender callar las voces que se niegan a aceptar la realidad neocomunista-fundamentalista que nos esta consumiendo. Así las cosas, no nos ha de tomar por sorpresa que lo que grita nuestro fuero interno se convierta en una avalancha colectiva, que nos haga retomar el orgullo de ser VENEZOLANO.
Noel Alejandro Leal Rojas
24-5-2007
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