Lo tangible es necesario para sobrevivir, lo intangible es fundamental para vivir.


19/03/12


No quiero entrar al fondo filosófico del “ser” y menos pretendo estructurar un tratado referente al “deber ser”, lo que busco es plasmar lo que sucede cuando dejamos nuestra supervivencia en manos de quienes no valoran lo fundamental de la vida.

Si bien Venezuela tiene en su tierra y su mar mucho más de lo necesario para ser una nación plenamente desarrollada, adicionalmente cuenta con sus hijos, un inmenso cúmulo de individualidades que han logrado brillar en la historia; cuando alguna de esas individualidades se planta firme y decide avanzar, el mundo se le hace pequeño en su ambición de llevar el nombre de su madre Venezuela a los límites de lo inimaginable. 
Esas individualidades, cada una a su escala y enfocados en su misión, fundaron los pilares de sus luchas en valores y principios intangibles, valores y principios que son la esencia de la vida, eso llevó a unos a conducir su nación a dar la vida por su libertad y la de sus hermanas, y a otros a encimarse hasta lo intolerable en pro del orden y desarrollo de esta misma tierra. Eso sucedió no sólo en hombres de armas, los encontramos en las ciencias y en las letras, a muchos de ellos les dimos la espalda como colectivo, pero ellos como individuos nunca dejaron de poner en el alto el nombre de su Patria. 

Y ahí esta la clave de nuestros éxitos y de nuestro actual fracaso, la elección de sus líderes por parte del colectivo marca la diferencia, no es lo mismo pretender seguir el camino trazado por quien no logra sentir lo intangible, que seguir a quien siente y entiende lo fundamental de la vida.

Durante años hemos entregado nuestra búsqueda de futuro a un liderazgo irresponsable y predispuesto a la exaltación de lo incorrecto, generando así una espiral de pérdida de respeto individual y la consecuente pérdida del amor patrio. La oscura fosa donde nos encontramos hoy como nación es el resultado de una política dedicada a estimular la irresponsabilidad, totalmente consecuente con la exigencia de un colectivo que decidió que ése es el camino correcto.

En fin, es el país, son nuestros hijos los que pagan y pagarán muy caro nuestra estimulada irresponsabilidad. ¿Y es este país donde claramente se evidencia una profunda crisis ética, que no valora ni aprecia lo fundamental, es el que se pretende salvar sólo preocupándonos por lo tangible? Si bien tenemos problemas eléctricos y de acueductos, tanto como los hay en alimentación y seguridad, aunado a un increíblemente pobre nivel educativo, no es el discurso electorero lleno de vacíos y lugares comunes el que conquista la voluntad de lucha de un pueblo. Si como nación no entendemos que lo que  está en juego es la Libertad, lo existencial, sin terminar de entender lo profundo del foso en que estamos sumidos, sólo se conquistarán votos, inútiles votos cuando no hay democracia. Impulsemos lo intangible y hagamos nuevamente tangible a Venezuela. Quien no siente ni entiende qué es Dignidad, Honor, Orgullo, pierde su Libertad y entrega la Patria.

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