El intentar entender la realidad de mi país a principios del siglo XXI, me ha hecho abrir los ojos como nunca ante los fenómenos políticos culturales a nivel global.
La Venezuela del año 2004 es resultado de la incoherencia del pensamiento colectivo, sumado a un liderazgo en su mayoría traicionero y oportunista.
La sociedad venezolana no sólo ha pecado de ingenua frente a la realidad. Observándola con detenimiento, veo que técnicamente se convirtió en un gran colectivo autista, que ve venir el mal que se aproxima y ve también las decisiones reales que habría que tomar para evitarlo y aun así, nada la estimula a reaccionar, y una parte del país realmente conciente de la situación, no consigue ponerse de acuerdo debido al exceso de protagonismo y a la gran cantidad de traiciones vividas, dando como resultado que la revolución chavista se consolida cada vez mas.
Pero, como indique al principio, los fenómenos de este tipo son globales y la manipulación y los intereses mueven las instituciones que tienen como fin mantener la armonía y estabilidad democrática en la región.
Las muy decepcionantes, pero para muchos nada sorprendentes, actuaciones del Centro Carter y de la OEA en el proceso revocatorio presidencial intentado contra Hugo Chávez el 15 de Agosto, son una muestra mas de la inoperatividad de estos entes. El primero no pasa de ser un instrumento para certificar y legitimar gobiernos a conveniencia y el segundo es un club de gobiernos en el cual ninguno enfrenta a otro por temor de no contar con su apoyo en el futuro, todo esto sin importarles en lo más mínimo el futuro de sus pueblos.
En momentos cuando la realidad es mas fuerte que la ficción. El día 23 de Septiembre de 2004 toma posesión como nuevo secretario general de la OEA Jose Miguel Insulza, y en su discurso de aceptación menciona que la preocupación del club hoy en día, debe ser la lucha por los beneficios sociales y el desarrollo de los pueblos, asunto muy loable y necesario, pero inmediatamente niega en su mismo discurso la discusión ideológica y niega la existencia de problemas políticos o de gobiernos autócratas vinculados con movimientos comunistas en la región; este choque con la realidad, con la manera descarada en que se intenta deformar las señales claras de cuál es la ruta que siguen gobierno de Venezuela o los movimientos no tan frontales pero sin duda con el mismo objetivo en Argentina y Brasil, el cual no es otro que la realidad que vive hoy el pueblo cubano, me hace tener que pedir disculpas en mi fuero interno a esa sociedad que califiqué de autista.
La asquerosa manipulación hace que el bosque no deje ver los árboles.
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Solo Nadie Puede
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